Siempre me he sentido llamado a hacer algo que tuviera un impacto en el mundo que me rodea a través de servir a las personas en mi vida y hablarles de Jesús. En 2020, durante la pandemia mundial y el cierre, mi familia y yo lanzamos Jarek Kai. Llamado así por nuestro hijo, Jarek Kai, este negocio ha sido un regalo de Dios, en todos los sentidos. Dios me lo mostró todo: no tenía experiencia real en el diseño de joyas, pero cuando cogí las cuentas supe que era Dios quien me guiaba hacia este negocio y esta vocación. Él está detrás del cómo, el por qué, el quién - además de mi fe y mi familia, Jarek Kai Beads se ha convertido en una de mis mayores pasiones y estoy tan emocionada de compartir con esta comunidad y mucho más allá.